samedi 28 avril 2007

Torrijas de pan rallado, primer experimento culinario del blog



No estoy nada decepcionada del resultado obtenido, como vereis a o largo del tiempo no soy nada jaquecosa, efecto segundario de las personas perfeccionistas.
Bueno desarrollemos el experimento, primero de como se me ocurrio tal idea.
Hace dos dias limpié la tabla de cortar el pan y sus alrededores. Tengo una tabla de esas suecas osaease de ikea, con una reja de madera( si eso es posible) y un fondo en el que se acumulan las migas. Vaga que es una, y poco practica que es la tabla, en lugar de echar las migas a la basura directamente, las eche en la pica, digo pila de lavar los platos, y no estaba vacia (lease llena de cacerolas que no van al lavavajillas y agua para reblandecer posos resecos o quemados).
Al dia siguiente, sí no limpié nada hasta el dia siguiente, porque mi formacio universitaria pudiendo llegar incluso a profesion liberal, me prohibe limpiar algo hasta que no da verdaderamente asco o lo necesito para algo ( que es lo que suele pasar)... soy una ama de casa ejemplar a no seguir.
Me alargo por caminos que no son, sigamos con el experimento: al dia siguiente las migas habian triplicado de volumen, por el contacto prolongado con el agua, detalle que guarde en un rincon de mi cerebrillo.

Ayer mi bote de pan rallado estaba vacio. Hago el pan rallado en casa, por racaneria o tradicion familiar, lo pongo en mi robot de cocina, que no es mio sino de mi marido( articulo clasico del ajuar de los Sanders, cuando un hijo se va a estudiar a la capital), y como no es realmente mio, hago cosas con el que tal vez no tendria que hacer como rallar pan. Despues, lo pongo en un colador para separar las migas recalcitrantes, y ya esta. Pero el hecho de tener que tirar esas migas que no son lo bastante finas para ser pan rallado, me sabe siempre mal, y ayer tuve la idea de ponerlas en remojo con leche, gengibre y azucar. Despues de unas horas, no hizo falta esperar a la mañana siguiente, le añadi al mejunje un huevo, y freí el resultado en abundante aceite de mezcla girasol-oliva. Para las cantidades de pan rallado y leche, no puedo dar cantidades exactas, use un ojimetro.
Si os animais, cosa que dudo, a poner a prueba esta receta, ya me direis.

2 commentaires:

Yannico a dit…

Casi vomito!!!

No sé por qué tengo la manía de intentar adelantarme a lo que dice la gente o a lo que estoy leyendo y por un momento he pensado que habías hecho las torrijas con las migas remojadas en el agua que llevaba en la pila varios días...

(se cree el ladrón que todos son de su condición...)

Al final he acabado de leer, he respirado aliviado, sobre todo por Gabriel (iba a llamar a la DASS) y he tomado nota de la receta, porque aquí tenemos el mismo problema, basado en las siguientes circunstancias: tacañería notable, robot aportado, tradicionalismo y bastante vagancia.

Ala, sigue experimentando. No sé si los resultados interesan a mucha gente, pero a los pocos que nos interesan, nos interesan mucho.

Un beso!

Jordi

Noemi a dit…

Muy buena idea la de usar los restos de pan que quedan después de hacer pan rallado. Me has dejado boquiabierta de admiración patidifusa!
Como soy más vaga que tú, y los huevos y la leche de mi nevera políglotas, si no te importa probaré tu receta la próxima vez que la hagas! Que parece que siempre hagas esas cosas cuando no estoy! (salvo el flan de ayer, que estaba de muerte!)